Con motivo del relanzamiento en librerías digitales de Suzume Red Mountain, emprendemos este extraño viaje con el pretendemos recorrer todo el blog de arriba abajo, otorgándole a cada categoría la oportunidad de ofrecer su particular punto de vista a la novela, y quien sabe, aportar nuevas o no tan nuevas piezas de este gran rompecabezas que son nuestros relatos originales.
La automoción es un fuerte pilar en SRM, en verdad la novela no existiría sin este componente. En el momento en concebir y desarrollar la historia trabajaba en un taller autorizado Mazda, en la sección de recambios. En ciertas ocasiones recibíamos visitas de la propia central japonesa y se habló en alguna ocasión de un mecánico allende los mares que era el único en todo Japón capaz de reparar los motores rotativos, y esa historia a simple vista banal, se me quedó grabada y dio alas para crear al propio personaje del padre de Suzume, Akihiko. Eso dio impulso a otra idea que tenía, de tantas cosas que me habían pasado curiosas en ese mundillo de la automoción y la postventa, bien merecía recompilarlas en un libro, y he ahí que prácticamente toda la obra es una obra autobiográfica oculta de algunas batallitas que podía por entonces recordar y que para nada quería quedaran diluidas con el paso del tiempo. Rhoom Motor es un cúmulo de marcas pues no fue la única en la que he estado, así que para nada penséis que es una Mazda camuflada, Rhoom Motor es mucho más que eso.
